Es cierto que es sólo un amistoso y los amistosos para lo único que sirven es para hacer pruebas y conocer el funcionamiento del equipo a través de las modificaciones y de las diversas variables que se planteen. Ésta noche
la Colombia de Néstor Lorenzo, le ha vuelto a ganar a un grande de Europa como España-ya lo hizo ante Alemania el verano pasado- y lo ha hecho de forma solvente, con las variantes necesarias que el equipo requería tras una primera mitad sin protagonismo con el balón e inoperante en ataque.
Colombia, estuvo a merced de una España dominante pero sin claridad en ataque en la primera mitad y tras la reanudación con
los ingresos de
Richard Ríos y James Rodríguez, ganó peso en recuperación y control del esférico. Fueron dos episodios diferentes con una tendencia de mejora y crecimiento que le terminó dando un triunfo merecido que debe servir de punto de partido de cara a lo
realmente importante que es la Copa América. Al margen, ha sido el primer triunfo de Colombia ante España en toda la historia.
Ha sido un triunfo resonante pero nada del otro mundo. Nada para echar las campañas al vuelo, debe ser la referencia para seguir creyendo en lo bien que se está haciendo y para corregir lo incorrecto. Y Colombia aún tiene mucho que mejorar como la puesta en escena, le cuesta comenzar los partido enchufado, no presiona, es liviano en la anticipación y cede la iniciativa al rival. Es cierto que el plan inicial de esta noche era esperar a España en campo propio y contragolpearle aprovechando la velocidad de Luis Díaz y John Arias, algo que se dio en contadas ocasiones y con nulo éxito. Colombia le cedió el balón a España, no tuvo flujo creativo en dos jugadores de perfil similar como Castaño y Lerma y no encontró vías solventes de conexión con Díaz, Arias y Casierra, sus hombres más adelantados. Se limitó a defender con proximidad de bloque, con 2 líneas de 4 juntas, cerradas y que no daban mucho espacio entre líneas a una selección "ibérica" duela del balón que ensanchaba el juego por izquierda con Grimaldo y Oyarzabal que superaron en dos acciones a Daniel Muñoz, escaso de ayudas por su sector.
España, remató dos veces a portería en el PT y poco más, no tuvo flujo de ataque pese a llegar a posesiones de tenencia del 70 %. Colombia, apenas se insinuó en ataque y cerró el PT con un lánguido 0-0 dando paso a una segunda mitad en la que dio un paso al frente con los ingresos de Richard Ríos, que le dio más firmeza y posibilidad de salida en la mitad y James Rodríguez, que sin gran forma física, fue capaz por lo menos de darle mayor control y tenencia. Colombia creció a nivel colectivo, adelantó líneas de presión, jugó en campo contrario y tuvo amplitud de juego permanente con Muñoz por derecha y Mojica por izquierda y tuvo además, en Luis Díaz a ese jugador desequilibrante que desquició a la zaga española. De sus botas nació el único gol del partido a los 61 minutos tras romperle la cadera a Pedro Porro con un dribbling mágico, asistió a Daniel Muñoz que no perdonó marcando con derecha. Un golazo por la concepción y la definición.
Con la ventaja; Colombia, siguió insistiendo en ataque, le cerró toda posibilidad de reacción a España que pese a los ingresos de los jóvenes Nico Williams y Lamine Yamal, no tuvo opciones de igualar e incluso, contó con un par de alternativas que hubieran cerrado el juego mucho antes.
Al final, el 0-1 es meritorio por la entidad del rival y por cómo fue la actuación del equipo en la segunda mitad, en la que cambió radicalmente su actitud y su disposición ante el partido. Una Colombia muy mejorada que no ha ganado nada y que deberá seguir creciendo si quiere optar por ser protagonista en la Copa América. Lo de ésta noche fue sólo un triunfo de entidad.
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