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Anoche se confirmó una vez más, que una de las claves del Chelsea ganador de la Champions 2021, es el sincronizado trabajo del bloque, del equipo. En eso incidió tan pronto llegó a Cobham, centro deportivo del cuadro «Blue» en Surrey, a finales del pasado mes de enero, el entrenador alemán Thomas Tuchel, uno de los estandartes de la nueva generación de brillantes adiestradores germanos, que desembarcaba en el exclusivo sector de Fulham Road, tras ser defenestrado por otro de los club «pijos» de Europa, el PSG. Tan sólo un mes de diferencia entre el dolor de una despedida y la ilusión de una bienvenida. El gran Thomas, estaba de vuelta.
El PSG se deshizo del alemán cerca del final de 2020, tras haber conseguido la gesta para el club de haberle acercado por primera vez a una final de la UEFA Champions League, algo que se quedó en poco para muchos; entre ellos, Leonardo, Director Deportivo. Para el brasileño, haber ganado una vez más la Ligue 1 y ser finalista de la Champions, no fueron motivos suficientes para haber antepuesto la figura del ex del Dortmund sobre la de sus grandes estrellas; dícese, Neymar y Mbappé, con los que tuvo roces en varias etapas.
El PSG pese a la buena marcha, no apostó por el alemán, muy cuestionado en las altas esferas del club. Y eso le dolió a Thomas, como lo ha expresado en más de una ocasión. Verse sin trabajo a mitad de campaña y con la ilusión rota de saciar su voracidad ganadora, fue un duro golpe para él.
Un mes después, más concretamente el 26 de enero de 2021, el Chelsea le presentó en Stamford Bridge con un contrato de 18 meses y con la firme promesa de dejarle trabajar en lo que quedaba de temporada y en la siguiente. Plenos poderes para el sucesor de una leyenda del club como Frank Lampard, que tenía al equipo décimo en la Premier y con malas sensaciones incluso, dentro del vestuario.
Tuchel se puso manos a la obra a trabajar para cambiar la dinámica del equipo y pronto lo consiguió. Desde el primer día conectó con los futbolistas, fue claro en su mensaje y se mostró flexible con toda la plantilla, recuperando la confianza de todos.
Volvió a darle protagonismo a jugadores en el olvido como Billy Gilmour y Marcos Alonso y le dio un papel más relevante a N`Golo Kante´, un jugador que le «seduce» por su enorme eficacia.
El discurso de Thomas Tuchel causo impactó y generó confianza desde el mismo inicio. El alemán siempre quiso que el Chelsea fuese un equipo equilibrado, bien protegido atrás, con un línea de 3 que le diese solidez con dos laterales adelantados y profundos, un mediocampo en el que reinase Kanté como volante mixto para aprovechar su gran despliegue físico sumado al bien pie de Jorginho y Mateo Kovacic, que le dan control e imaginación al juego.
En ataque un «falso 9» indefinido (Kai Havertz, Mason Mount o Christian Pulisic incluso) que entre y salga de posición con frecuencia para generar espacios o un 9 puro como Timo Werner u Olivier Giroud. Muchas variantes, con jugadores polivalentes que garantizan una diversidad de estilos pero que siempre conectan con el objetivo final, ser un bloque sólido, un equipo por encima de las individualidades.
Esa máxima es la que garantiza títulos, la que garantiza logros. Las grandes figuras no ganan por sí solas la Champions y menos en estos tiempos en donde el talento abunda; sino que el trabajo en equipo, el apoyo al compañero y el respaldo a cada gestión, son las herramientas que te llevan lejos y eso siempre lo tuvo claro Thomas Tuchel en esta etapa en el Chelsea, al que convirtió en una roca.
El Manchester City tan sólo pudo rematar una vez a portería en toda la final del sábado, un dato concluyente que retrata la enorme competitividad del Chelsea, de lejos el mejor en Europa. Tuchel en 5 meses, y en 30 partidos dirigidos en todas las competiciones, tan sólo tuvo 5 derrotas, la primera ante el WBA en su 15o partido al mando. 19 triunfos y 6 empates, con 19 partidos en los que no recibió goles y en las eliminatorias de la Champions tan sólo permitió 2 goles.
Quebró física y técnicamente a rivales de altura como el Atlético Madrid, el Oporto y el Real Madrid y ya en la final, devoró en el plano atlético y táctico a un Manchester City que apuntaba como gran favorito. Tuchel ha conseguido en 5 meses, vencer en 3 ocasiones en línea a Pep Guardiola y ha ganado con solvencia a adiestradores de pedigrí como Ancelotti, Mourinho, Simeone, Zidane y Klopp. Es el verdugo de la «crema y nata del fútbol europeo», es el líder del campeón de Europa al que transformó de forma meteórica, estampándole su sello. Del dolor del PSG al impacto total en el Chelsea.