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Un partido calcado al de la final de la EFL el pasado mes de febrero. Intenso, dramático, con ocasiones para ambos y un derroche y entrega total a un par de aficiones apuntadas a la causa. Al final, la tanda de penaltis ha vuelto a sonreír al Liverpool al que le suerte elige en los momentos cruciales. Hoy no fue la excepción, de nuevo en Wembley para una victoria 5-6 en los lanzamientos desde los 11 metros que han terminado por entregarle su victoria 8 en la competición más antigua del mundo. Precisamente, iguala al Chelsea en el ranking de triunfos.
El griego Tsimikas sentenció la tanda tras los fallos de César Azpilicueta y Mason Mount por parte de los "Blues" y el que pudo haber sido el triunfo un poco antes por parte de Sadio Mané. Edouard Mendy atajó y alargó la serie hasta que el griego le entregó la corona al Pool que firma un doblete de copas nacionales por segunda vez en su historia, la primera vez fue en 2001 justo el año en el que logró un título europeo. Será un presagio de cara a la final de UCL en París?.
Esta tarde el Liverpool salió mandando ante el Chelsea con un bloque alto que no le dio respiro a la zaga "Blue". Tres ocasiones en los primeros 12 minutos con un Luis Díaz encendido y un Thiago gobernando desde la medular. Sin embargo, el Chelsea se aplomó, frenó el ímpetu "Red" y comenzó a generar riesgo por banda derecha a través de Reece James -mejor en ataque que en defensa ya que sufrió mucho con Díaz- y por izquierda con los desplazamientos de Marcos Alonso.
El Chelsea tuvo tres muy claras en la primera mitad, dos de ellas a través de Christian Pulisic de nuevo errático como ante el Madrid en cuartos de Champions. El estadounidense no tuvo precisión y la suerte del juego se comenzó a ir para el Chelsea en esos instantes en los que rozó el gol.
Marcos Alonso tuvo un remate al palo en el ST y Mason Mount más Hakim Ziyech acariciaron un tanto que también se le resistió al Liverpool con dos tiros a la madera por intermedio de Luis Díaz MVP del partido y poco después Andrew Robertson, ambos en la recta final del partido.
Sin goles y con las fuerzas escasas; pero con orgullo y entrega, ambos equipos siguieron dándolo todo en la prorroga que sin embargo, dio paso a una dramática tanda de penaltis en la que el Liverpool como hace escasos 3 meses, volvió a ganar. Ésta vez fue con incertidumbre hasta el final. Tuvo que fallar Mason Mount en la ruleta final para que Tsimikas acertara y le diese la octava corona de FA Cup al Liverpool, en pleno frenesí por la lucha del título de la Premier y porque en 15 días tiene otra final, la de la UEFA Champions League.
Para el Chelsea, tercera final en línea de la FA Cup perdida, pero con el orgullo de que con un equipo en horas bajas a nivel emocional, ha sido capaz de frenar al Liverpool, hoy por hoy, el equipo más en forma del mundo. Su potencial físico está fuera de toda duda, tuvo como el Liverpool el triunfo en varios tramos del juego y al final, sólo la suerte de los penaltis, decidió. Preciosa final, al más puro estilo inglés.