Gerard Piqué y Ronald Koeman, fueron claros hace unas semanas al describir la situación actual del FC Barcelona lleno de caos a nivel administrativo y deportivo. Sus palabras "hirientes" para los forofos, describieron a su equipo como un conjunto con limitantes en una temporada que parece de transición. "Es lo que hay" dijo Piqué al final del juego con un dardo envenenado pero lleno de realidad y Koeman, no se quedó atrás en una conferencia de prensa defendiendo su posición como entrenador y justificando el mal inicio de temporada. Piqué se mantiene y al neerlandés le enseñaron la puerta de salida.

De momento en la Selección Colombia, nadie ha justificado el discreto trasegar del equipo en esta etapa de Reinaldo Rueda con términos similares, algo que no necesitan afirmar para evidenciar lo que es la realidad. Colombia, es una selección llena de buenos jugadores incapaces de dar un salto de calidad definitivo para hacerla grande. Es lo que hay!.

Ésta generación actual con jugadores ya en su recta final a nivel selección como Juan  Cuadrado, James Rodríguez, David Ospina, Radamel Falcao, Luis Muriel y Duvan Zapata por mencionar algunos, más una nueva hornada con jugadores jóvenes como Carlos Cuesta, Luis Díaz, Yairo Moreno y Diego Valoyes, no ha sido capaz de mantener una regularidad en su rendimiento en este camino a Qatar 2022 y cuando ha necesitado ser trascendente con resultados positivos, ha mostrado su incapacidad.

Pese a que algunos destacan en sus clubs, no han conseguido exhibir ese mismo nivel en la Selección. Ni por asomo Duván Zapata goleador del Atalanta, brilla en Colombia como lo hace en Italia, ni tampoco el único valor que actúa en un equipo de primer nivel internacional como lo es Juan Cuadrado, sobresale en Colombia como lo ha hecho en la Juventus en las últimas temporadas. A otros tantos les ocurre lo mismo.

La falta de jerarquía, oficio y calidad colectiva, ha quedado patente en el último tramo de esta eliminatoria en la que Colombia, se mantiene en zona de clasificación al Mundial más por la también irregularidad de sus más cercanos rivales que por méritos propios que le permitan por lo menos acercarse algo más a Brasil y Argentina, dominadores absolutos en la región.

El nivel del fútbol sudamericano está marcado por lo bajo y bajo ese prisma esta incluido el fútbol colombiano y su selección absoluta que ha perdido identidad, que ha adoptado bajo el mando de Reinaldo Rueda un estilo de juego conservador y mezquino que no encuentra complemento con una propuesta clara de juego creativo y ofensivo. Está bien apostar por ser fuertes en la contención, pero a eso que hay sumar técnica y calidad para controlar los partidos y ser dominadores en las dos áreas y Colombia, en el último tiempo poco impacto tiene en materia ofensiva.

En los juegos cruciales ante Ecuador y Paraguay en Barranquilla, cuando necesitaba vencer fue incapaz de tener fluidez futbolística pese a tener el control del esférico. Ante Brasil y Uruguay, tuvo tramos de notable eficacia defensiva; algo para ponderar, pero fue incapaz de trasladar su juego a una propuesta ofensiva capaz de responder al tramite del juego. Ésta Colombia, como muchas otras, se amilana ante los grandes y ante rivales de altura similar, enseña su incapacidad para superarles.