Ahora tras ganar a Argentina y enfilar el resto de los partidos de grupo con mayor perspectiva; el "Mago Blanco", ha pedido calma y tranquilidad. Ha exigido la misma disciplina y el mismo compromiso colectivo, el que siempre ha reclamado en las diversas selecciones a las que ha dirigido y con las que ha marcado su carrera de gloria, de hitos inolvidables.

Los títulos en la Copa de África con Zambia en 2012 en su segunda etapa con la selección del sudeste africano y con Costa de Marfil en 2015, que le convirtió en el primer adiestrador en ganar la máxima competición a nivel de selecciones en África con dos combinados diferentes, son los más grandes triunfos de su carrera. Pero también, la clasificación de Marruecos a la Copa del Mundo de Rusia 2018 y la COSAFA Cup de 2013, poco antes de marcharse de Zambia dejando un recuerdo de gloria para la posteridad. Y ahora el triunfo legendario sobre Argentina en pleno Mundial de Qatar.

Renard que no fue un brillante futbolista y que tras un paso fugaz como entrenador en Vietnam, inició su carrera como adiestrador a la sombra de su gran mentor Claude Le Roy en el Shanghai Cosco chino y después en el Cambridge inglés. Le Roy, le introdujo en el fútbol africano y de ahí en adelante; Renard, lo consiguió todo. Sus aventuras en África siempre han sido apasionantes por lo exótico de las mismas y por el desafío de la gloria. Allí hizo magia, de ahí que se le conozca como el "Mago Blanco".

Entrenador exitoso a nivel de selección no lo ha sido tanto en sus tránsitos efímeros a nivel de club en Ligue 1 con el Lille y el Sochaux. Eso no le inquieta. Lo que quiere es seguir haciendo historia en sus ya particulares aventuras inhóspitas entre las que se incluye esta de Arabia Saudi, con la que ha conseguido un nuevo hito en su carrera, pero no el más importante.