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Ronald Koeman ha sido tajante, «tenemos un equipo de futuro. Estamos creciendo» Y esto es algo real, pero lo que también debe quedar claro es que en este nuevo proyecto lleno de jugadores jóvenes con proyección no debería estar Leo Messi, que en la etapa final de su carrera, no está para seguir agotando el tiempo sin glorias permanentes.
El Barcelona, se ha marchado de la Champions tras caer con el PSG (Global en la eliminatoria 5-2) por sexta vez consecutiva en una ronda eliminatoria. Ésta vez no ha sido humillado; es más, se marcha con la cabeza alta sobretodo, por su buen primer tiempo en París en el que pudo haberse metido de lleno en la eliminatoria, pero más allá de eso, lo que está claro es que está un peldaño por debajo del PSG y de otros como el Bayern y el Manchester City.
Y eso es algo que seguro le choca a Leo Messi y seguro fue uno de sus motivos para pensar en una salida el pasado verano. El crack argentino ya en la recta final de su carrera, quiere ganar títulos, quiere seguir saboreando la gloria deportiva que le ha acompañado a lo largo de su carrera, quiere seguir sintiéndose competitivo, quiere ganar de nuevo el torneo más preciado, la Champions.
Y está claro que este Barça actual, no tiene la capacidad financiera para abordar grandes fichajes, no tiene recursos para competir mano a mano con los mejores y que su fútbol muchas veces cansino y sin intensidad, no cuela en Europa, como si lo hace en La Liga.
Además, un proyecto joven requiere tiempo para tener éxito y en un club tan exigente como el Barça, lo que menos hay es tiempo. Necesita alimentarse de continuos éxitos y más de la gloria europea, que es en donde puede medir su nivel de competitividad real. Y con este puñado de jóvenes promisorios de momento, va a ser difícil volver a ganar la máxima competición europea en un tiempo corto.
Messi, necesita un proyecto consolidado y con grandes cuotas de ambición, como el del PSG o incluso, el Manchester City. Un proyecto en donde este respaldado por jugadores decisivos como Mbappé, Neymar o Di María y no por valores de talla media como Griezmann o Dembelé, fallones en momentos cumbres.
Messi, necesita una nueva ilusión ganadora, no ser el abanderado de un proyecto que no se sabe cuando dará sus frutos más jugosos.