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Uruguay marcó el 0-1 a los 5 minutos y hasta ahí llegó esta Selección Colombia llena de altibajos. Se fundió, no supo qué hacer y pese a un amague de mejora con el ingreso de Luis Díaz que hizo cambiar el esquema táctico, terminó rendido ante un rival práctico y superior y superado por su propia incapacidad.
Carlos Queiroz, apostó por un 4-3-3 con dos mediocampistas similares en marca (Barrios y Lerma) y un volante de más salida como Matheus Uribe, dando el interior derecho a James Rodríguez y el izquierdo a Luis Muriel. En punta el desaparecido y desasistido Duván Zapata.
Colombia pagó cara su osadía de combinar en sus inmediaciones y Uruguay, con una presión muy alta le pasó la factura. Pérdida de Lerma y Edinson Cavani, un viejo depredador, no falló ante Ospina. 0-1 a los 5 minutos.
A partir de ese momento; Colombia desapareció. No tuvo el orden que planeaba al comienzo, se vio sometido por la intensidad uruguaya y sus individualidades fueron superadas por la aplicación «charrúa». Uruguay, ganó el pleito porque fue un equipo compenetrado, que supo defender y atacar en bloque y porque tuvo mayor dinámica e intensidad.
Colombia, fue completamente diferente. James Rodríguez no pesó por derecha y otras individualidades como Muriel y Cuadrado hoy lateral derecho, se vieron superados de principio a fin.
De La Cruz por izquierda exprimió a Cuadrado y Martín Cáceres secó al atacante del Atalanta.
Queiroz reaccionó desde el banquillo en busca de variantes y con el ingreso de Luis Díaz para jugar por izquierda, mejoró en desarrollo ofensivo más no en sensaciones. James pasó a jugar de enganche en donde apenas participó sin ser crucial y Muriel inédito por derecha fue sustituido por Morelos, que ni se vio.
Colombia casi siempre tuvo el balón, pero no tuvo ni intensidad ni sapiencia para romper el fuerte entramado defensivo «charrúa». Uruguay, práctico y eficaz, liquidó el juego con un penalti a los 54` sellado por Luis Suárez y la joven estrella del Benfica, Darwin Nuñez, que sacó renta de un fallo de James para sentenciar el juego a los 73′.
Partido liquidado por un Uruguay, nada brillante, pero certero y letal. Práctico, no se complicó la vida, le valió con ser firme en las dos áreas. Colombia en cambio, tuvo más balón e incluso, acercamientos con reiterados centros, no creó ocasiones claras. Naufragó ante su propia incapacidad.