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Raúl Martín Presa, polémico presidente del Rayo Vallecano, describió a Radamel Falcao hace unos días como "uno de los mejores rematadores de los últimos 25 años". En eso lleva razón, pero no tanto en colocarlo a la altura de Pelé y Hugo Sánchez; a propósito el mexicano, un goleador que aún se recuerda en Vallecas. Falcao, ha sido un gran artillero, pero ya está en el declive de su carrera y por eso ésta oportunidad de volver a La Liga, se antoja decisiva. Las exageraciones son odiosas.
Martín Presa no es muy popular entre la afición "rayista" pero no hay duda, que se apuntó un gol con la apuesta por el atacante colombiano; claro, si Falcao, se pone a tono físico y por lo menos, es capaz de demostrar la mitad de lo que no hizo en Estambul, más allá de las lesiones que le persiguen.
20 goles en dos temporadas largas en el Galatasaray, exhibiendo un nivel bajo, sin continuidad y con molestias permanentes. Su estado físico en los últimos años no es el mejor, algo que le lastró en su aventuras en Turquía y en la Premier League. Su excesivo salario también ayudó, propiciando su salida de regreso a la liga española en la que podría ser su última gran aventura en el fútbol europeo ya con 35 años.
Falcao, manifestó hoy en su presentación en Vallecas, que el Rayo debe pensar más allá de la permanencia. Él debe ser pieza clave en ese propósito, si es capaz de ponerse a tono físico y si le respetan la lesiones. Su capacidad anotadora aún es vigente y es imposible cuestionarla, pero todo pasa por asumir con eficacia su papel en este modesto Rayo Vallecano.
Él será la referencia ofensiva y será la estrella del equipo.
Ya es un ídolo sin comenzar a actuar. Su historia le avala, pero le deba justificar con un rendimiento a la altura de su reputación y talento. Eso sí, nada de igualarlo con Pelé y Hugo Sánchez, que son
harina de otro costal.