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Al FC Barcelona no sólo le cayó nieve anoche en Múnich, sino que le pasó por encima como se preveía una aplanadora "germana" que no hace demasiado ruido mediático en Europa; no necesita de eso, al Bayern le basta y le sobra con su fútbol arrollador para triturar rivales y para erigirse como un aspirante a reconquistar Europa en el punto más alto, la Champions. A este Barcelona en cambio, le tocará reconstruirse desde un peldaño más abajo, la denostada UEFA Europa League por ellos mismos.
El 3-0 de anoche en el Allianz Arena -un resultado corto para lo que se vio- certificó lo que meses atrás dijo con rotundidad y claridad el mister neerlandés Ronald Koeman, el Barça tiene lo que tiene y "es lo que hay". Esa declaración le valió críticas y reproches del foro más acérrimo del barcelonismo. A la directiva no le gusto y a los jugadores está claro que tampoco, pero a nadie le gusta que le digan la verdad en su cara. Éste Barça viene en ruinas desde la etapa final de Ernesto Valverde y nadie ha hecho nada para reconstruirlo. O por lo menos, sí lo han intentado, han fallado.
La nefasta gestión de las últimas administraciones con contratos multimillonarios a jugadores de poca entidad, los fichajes a precio de oro por valores que han sido una decepción, los escándalos permanentes de una directiva errática como la de Bartoméu y las decisiones fallidas de dejar salir a su principal activo Leo Messi por la puerta de atrás, han terminado por alejar al club "culé" de la élite europea. Tras ganar la Champions en 2015 y creerse que podría arrasar en los años siguientes, terminó cada año cayendo un peldaño más en la jerarquía europea hasta anoche cuando firmó la sentencia de un ciclo nefasto.
Xavi con cara de melancolía, no tuvo otro remedio que salir en conferencia de prensa a admitir la superioridad del Bayern y a reconocer que el Barcelona, no está para competir al máximo nivel Cuanta razón, cuanta verdad que hiere el orgullo barcelonista pero que no se puede tapar con nada incluso, con la esperanzadora llegada del técnico de Terrasa. Xavi ha dicho una verdad como en su momento, la dijo Koeman y le terminó costando el puesto al neerlandes.
Aunque duela como casi siempre, la verdad es inocultable. Éste Barça debe comenzar desde abajo a reconstruirse para algún día volver a la élite a la que ya no pertenece.