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Mauricio Pochettino se agarra a lo que pueda hacer su equipo en la vuelta de semifinales de la Carabao Cup ante el Middlesbrough en Stamford Bridge en dos semanas. La esperanza es real y confiable; el Chelsea, tiene mucho más equipo que el "Boro" para acceder a su primera final en poco más de dos años, el problema radica en si sabrá utilizar de forma correcta sus herramientas para darle la vuelta a la eliminatoria, ofreciendo una imagen que se distancie de la penosa que transmitió hoy y que ha sido reiterada a lo largo de esta temporada. Al Chelsea le cuesta un mundo jugar de forma productiva y sobretodo, ser letal en las dos áreas. Y su técnico tampoco ayuda con sus decisiones.
Chelsea manager Mauricio Pochettino: “I don’t want to say bad luck as it is an easy way to justify. So bad luck, look Nkunku, Fofana, Lavia, Reece James, too many. Difficult when you don't have all of the squad fit. I don't like to be a victim but it is true it is really tough”… pic.twitter.com/NPbhvvCZUB
— ChelsTransfer (@ChelsTransfer) January 9, 2024
Pochettino suele lamentarse de los que no están -ésta noche tampoco fue la excepción- pero sin autocrítica es difícil mejorar. Ante el Boro, insistió en la improvisación de Lewi Colwill por el lateral derecho, explotado una y otra vez por la velocidad de Isaiah Jones, la titularidad del errático Connor Gallagher en el doble pivote como principal fuente de salida, cuando es un jugador sin calidad para ser la génesis de las jugadas de ataque. Gallagher acumula fallos en las entregas y no ofrece soluciones de pase, por lo que su potencial salida del Chelsea en este mercado de invierno, se antoja más que justa.
El discreto nivel de Enzo Fernández no suma, pero el hecho de que juegue tan adelantado, le resta opciones generadoras de juego. Muchas veces retrasa su posición al pivote para ayudar a dar salida, pero no encuentra soluciones para generar una asociación. Adelante Sterling y Madueke volvieron a ser los mismos jugadores voluntariosos que no toman decisiones correctas, a lo que se sumó la falta de contundencia de Cole Palmer, el jugador más decisivo del equipo en lo que va de temporada.
El Chelsea tuvo en Riverside un 72 % de posesión global, pero tan sólo remató entre los 3 palos, 5 veces. Su caudal de ataque es penoso y lo peor es que no acierta las tenues ocasiones que genera; y en defensa, pese al liderazgo de Thiago Silva, sigue siendo un equipo que concede espacios en las transiciones. Hoy el Boro, le cobró la única clara que tuvo.
El fútbol lento y predecible del equipo, no consigue sorprender al rival. La falta de dinámica y de velocidad en las combinaciones, están siendo un lastre que consume al Chelsea en su incapacidad para resolver situaciones de compromiso. Y las soluciones tampoco llegan desde el banquillo.
Mauricio Pochettino no ha conseguido darle seguridad y estabilidad al equipo. No ha conseguido explotar el talento con el que cuenta y su inseguridad en la toma de decisiones, es un factor de contagio en los jugadores. Pochettino y el equipo se están consumiendo en una indolencia e incapacidad que veremos si serán capaces de resolver en la vuelta ante el Boro y en una recta final de temporada en la que muchos se juegan su continuidad. El tiempo apremia para propios y extraños. La espada de Damocles está al caer.
Juan Carlos Quiñonez Bonilla
Periodista Deportivo. Especialista en Fútbol Internacional
Editor Discoveryfootball.com
Miembro AIPS
España.
Experiencia periodística en Todelar Radio (Colombia), Fútbolred (Colombia), Cablenoticias (Colombia), Europa FM (España), Briefing Networks (España)
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