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Hugo Lloris, dejó la selección francesa tras el Mundial de Qatar 2022 y Didier Deschamps, ha tenido que elegir un nuevo capitán y aunque la decisión quizás no ha sido fácil, el seleccionador se ha decantado por Kylian Mbappé, no ante la sorpresa de la gran mayoría, pero sí ante el estupor de algunos, los mismos que esperaban que señalara a Antoine Griezmann, como el nuevo líder, por experiencia y por su gran presente. Eso finalmente no ha sucedido, el nuevo capitán es Mbappé y todo apunta a que lo será por varios años y con toda justicia.
Didier Deschamps ha elegido bien. Se ha decantado por Mbappé, no sólo por lo que significa a nivel futbolístico, sino por lo que es a nivel de imagen, popularidad e importancia en el fútbol francés y mundial. Es el "niño consentido" del presidente Emmanuel Macron -lo que no significa que haya sido capital este hecho para su nombramiento- pero sobretodo, es la gran imagen del fútbol francés a nivel internacional.
Mbappé, será una de las grandes imágenes de los JJ.OO. de París 2024 y es uno de los grandes símbolos del deporte francés. Su juventud y su insultante talento, le convierten en la gran atracción de la selección "Gala" para los próximos 10 años y ya sin tener el brazalete, era el gran líder de "Les Bleus" por su carácter, espíritu competitivo y ganador. Lo demostró en el Mundial y sobretodo, lo certificó en la final ante Argentina en la que marcó un "hat trick" y fue el motor que propulsó la remontada "Gala" hasta rozar la corona mundial, una que ya ganó con un papel muy determinante en Rusia 2018.
En aquel Mundial también tuvo un papel importante Antoine Griezmann, que ahora es el segundo jugador en activo con más partidos internacionales en la selección francesa (117 partidos) 3 por detrás de Olivier Giroud, aunque el ex del FC Barcelona, es el jugador con más continuidad y recorrido de los actuales en la plantilla de los subcampeones del mundo. Con todo y eso; Deschamps, no lo ha elegido y eso ha sentado muy mal a un Griezmann, que se siente traicionado y decepcionado. Y puede que tenga razón justo al celebrar su 32 cumpleaños.
Es lógica su decepción. Destacó en Qatar 2022, aunque su actuación en la final fue decepcionante y su presente, le señalan como el jugador más determinante en el Atlético de Madrid. Es un valor con talento, tiene dotes de jugador desequilibrante, pero no tiene la raza y el carácter que si tiene un jugador más joven como Mbappé. Y no es un símbolo en Francia, no mueve masas en su país, ni tampoco se le considera la bandera de una selección que siempre será aspirante a los principales títulos internacionales.
Para eso ya está Mbappé, el jugador más desequilibrante del orbe y el buque insignia de la selección "Bleu" como lo demostró en la histórica final ante Argentina. Mbappé, es mucho más que Griezmann, no sólo en lo futbolístico, sino también en lo social. Lo es todo para Francia a nivel deportivo, es el nuevo capitán con total justicia por todo lo que ha hecho, por lo que representa y por lo que podrá hacer.