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Una de las radicales diferencias históricas entre el Real Madrid y el FC Barcelona, es la
competitividad y el saber hacer en los momentos de extrema
dificultad. Ésta noche, se volvió a comprobar dicha resistencia a los momentos complicados y a la excelsa competitividad de un
Real Madrid que le pasó por encima
a su histórico rival al que vapuleó
0-4
en la vuelta de semis de la
Copa del Rey. El Barça con todo el viento a favor y tras un aceptable primer tiempo, fue arrasado por un Real Madrid, que cuando se decidió a remontar la eliminatoria, lo consiguió con creces. El Madrid jugará su
final 40
de Copa, esta vez ante el
Osasuna de Pamplona el próximo 6 de mayo en Sevilla.
🙌 ¡ESTAMOS EN LA FINAL! 🙌
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) April 5, 2023
🏁 FP: @FCBarcelona_es 0-4 @RealMadrid (Global 1-4)
⚽ @vinijr 45'+1', @Benzema 50', 58' (p), 81' #ElClásico | #Emirates pic.twitter.com/D6XfHnXdri
Se las prometía felices el Barcelona tras la victoria en la ida en Chamartin 0-1 en un juego en el que el cuadro "Culé" estuvo solvente en defensa, consiguiendo frenar a un Madrid con poca inspiración. La ventaja le daba confianza al Barça, líder de La Liga y ganador de los tres últimos clásicos, que se las prometía felices; sin embargo, no contaba que al frente estaba un Real Madrid sediento de venganza, un Madrid que se crece ante la adversidad, un Madrid que golpeó en momentos claves y que aniquiló a un Barça, que no pasa de ser un equipo discreto que sólo salvará la temporada ganando una liga discreta, tanto como sí mismo.
Es la realidad de este Barça de Xavi, un equipo que se descompone con facilidad, que cuando lo golpea la adversidad se derrumba y que sólo depende de la individualidad cuando sus jugadores decisivos están inspirados. Ésta noche Lewandowski, el único que estuvo en el terreno de juego, no brilló en absoluto; ni le hizo sombra a un Benzema lapidario, que se crece en los partidos decisivos y por supuesto, a años luz del Vinicius, que cuando está centrado en acreditar sus condiciones, es un jugador diferencial. El Madrid se ajustó a la realidad, la de un equipo muy peligroso cuando su panorama es difuso.
El partido comenzó eso sí bien para el Barça, que manejó su ventaja sin tomar demasiados riesgos en defensa y que sabía controlar en la retaguardia la timidez ofensiva del Madrid, que esperaba su momento. Los de Xavi, estuvieron más animados en ataque gracias a la profundidad de Balde y Raphinha por las bandas y el juego interior de Kessie sociedad de Busquets en la medular. El Barça generó las ocasiones para aniquilar la eliminatoria, pero no lo hizo; en cambio el Real Madrid, si tuvo la frialdad necesaria para darle la vuelta a la dinámica del juego.
Modric y Kroos entraron en escena, por derecha Carvajal aportó salida y en ataque la movilidad de Rodrigo, Vini y Benzema, le dieron la vuelta a la tortilla. Al Barça, le entró el pánico y el Madrid olió sangre hasta darle la vuelta a la situación y conquistar con honor el Nou Camp. Vinicius igualó la eliminatoria al 45 y Benzema, selló la clasificación a la final y de paso, retrató la realidad de este Barça mediocre que no sabe competir en los grandes partidos, y hablo del duelo ante el Man United en Old Trafford, ante el Bayern y el Inter en la Champions y esta noche ante el Madrid con todo el viento a favor. Es un Barça de clase media que no está para competir en grandes ruedos y mucho menos ante un Madrid, muy contundente cuando está con el "agua al cuello". Realidades distintas.