Hace dos meses, en la Cumbre de Fútbol que se realizó en Bogotá, Juan Carlos Osorio solo tenía una fecha en su cabeza, el 17 de junio. El día en que México debutaría en la Copa del Mundo Rusia 2018 ante México. Horas antes de su ponencia, el técnico colombiano tomó una hora para reunirse con los técnicos del lugar, que serían los encargados del video y del sonido de su presentación. En un auditorio vacío se presentó para revisar todos los detalles, con su humildad característica preguntó el nombre a cada uno de los encargados y veló porque su charla funcionara a la perfección, lo mismo que hizo con sus discípulos del «Tri», con los que consiguió un triunfo histórico.
-Profe, ¿cómo se le gana a Alemania?, le pregunté aquel día en una de las escaleras del auditorio Hall 74 de la capital colombiana. Se detuvo, sonrió y en 10 minutos habló sobre todo lo que había estudiado ya sobre la «Mannschaft». La táctica propia y del rival, la característica de cada uno de los jugadores germanos, por dónde se les podía hacer daño… todo en una conversación informal, que se convirtió en una clase de fútbol.
Entonces, Osorio había visto una y otra vez el Alemania-España, que se había jugado hacía poco en Düsseldorf. “No podemos intentar jugar como España, será diferente”, dijo.
El entrenador de 57 años tenía un plan y en el estadio Luzhniki los suyos lo ejecutaron de forma extraordinaria. Un planteamiento sólido y ordenado fue el punto de partido para que México derrotara a Alemania y diera un gran golpe en el mejor escenario posible.
El Tri salió con un sistema 4-2-3-1, en el que cada uno de sus jugadores tenía una misión clara. Por ejemplo, los extremos que comenzaron el partido, Layún y “Chucky” Lozano, tuvieron la doble misión de seguir a los laterales alemanes (Kimmich y Plattenhardt), pero también desdoblarse al ataque en rápidas transiciones que dejaron claro que la misión no era solo defenderse, sino también incomodar a Neuer. Lozano, autor del gol de histórico triunfo azteca, al igual que sus compañeros entregaron todo en una notable exhibición de esfuerzo físico con un objetivo.
La victoria mexicana se fraguó con una mezcla de entrega y orden táctico. En el primer tiempo, crearon problemas a la defensa alemana con salidas al contragolpe, que, con mayor eficacia de sus delanteros, sobre todo de “Chicharito Hernández, hubiesen podido poner una diferencia mayor en el marcador.
Herrera y Guardado, los dos mediocentros, fueron la extensión de Osorio en el campo. Esfuerzo para no conceder espacios a Kroos, Khedira y compañía, y criterio para dar una salida limpia con el balón cuando tenían la posesión. Los centrales, Moreno y Ayala se vaciaron ante el poderío de Alemania en el área. Ochoa respondió debajo de los tres palos cada vez que fue exigido. Una victoria colectiva, que empezó mucho antes de los 90 minutos que se jugaron en Moscú.
En el segundo tiempo, México tuvo que sufrir. Alemania se lanzó al ataque y se jugó casi siempre en el campo que defendían los norteamericanos. Osorio notó el cansancio de su equipo y movió las piezas rápidamente. Primero ingresó Álvarez, en reemplazo de Vela, de buen primer tiempo a la espalda de Kroos y Khedira, para colocar un ladrillo más en el medio. En Alemania, Löw hizo lo contrario y comenzó a sumar pólvora para intentar equilibrar el trámite: Reus por Khedira fue la primera muestra de que la Mannschaft iba con todo contra Ochoa. Luego, el timonel de los mexicanos metió un delantero por Lozano, con el objetivo de no olvidar la faceta ofensiva e impedir que Alemania se dedicara en exclusiva a atacar. Por último, Rafa Márquez, que jugó su quinto Mundial entró por un extenuado Guardado.
Entonces, México pasó a jugar en 5-4-1: Álvarez ocupó la posición de lateral derecho; Salcedo centró su posición y compartió la zaga con Ayala y Moreno, mientras Gallardo siguió como lateral por la izquierda. Herrera, incansable, tuvo la compañía de Márquez en el doble pivote; en tanto, las bandas fueron ocupadas por Layún y Jiménez. Arriba, continuó un infatigable “Chicharito”, que pese a no aprovechar los espacios que concedió el rival, corrió y peleó como bien sabe.
Por su parte, Alemania puso toda la carne en el asador: Gómez y Brandt entraron por el lateral Plattenhardt y Werner, respectivamente. La Mannschaft arrinconó a México en el tramo final. Dejó solo a Boateng y Hummels para defender, por delante de ellos siguió Kroos, y el resto, todos los panzer en busca del empate: Kimmich, Özil, Reus, Draxler Müller, Brandt y Gómez. Supo sufrir México y consiguió una victoria histórica.
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— FEMEXFUT (@FMF) June 17, 2018
El objetivo eterno del Tri ha sido llegar al quinto partido del Mundial (cuartos de final). Y, aunque aún falta mucho camino por recorrer, Osorio y los suyos dieron un gran primer paso. Ser primeros de grupo evitaría un hipotético cruce con el primero del grupo en el que está Brasil. “Doy crédito a los muchachos. Diseñamos un plan y lo ejecutaron muy bien”, se limitó a decir el técnico colombiano, en el propio césped del estadio Luzhniki, tras lograr la hazaña que soñaba desde aquella tarde fría de Bogotá, en la que con la misma humildad que mostró después de vencer a Alemania confiaba en su capacidad y en la calidad de sus jugadores.
-Profe, ¿le pueden ganar a Alemania?
-Si no lo creyera, no podría convencer a mis jugadores de que es posible.
? | NOTA
? El Profe Osorio habló en conferencia de prensa tras el histórico triunfo ante ??.
No te pierdas sus palabras. ?? https://t.co/XvUTs4U3Lh#NadaNosDetiene | #Rusia2018 pic.twitter.com/zxQ68SvJGA
— Selección Nacional (@miseleccionmx) June 17, 2018
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