El «Scratch» ganó su novena Copa América venciendo a Perú
Para Brasil era una cita histórica. Tras los fracasos en los mundiales de 2014 y 2018 y tras decepcionar también en las dos recientes ediciones de la Copa América, el triunfo en esta edición en casa era prioritario. Y lo ha conseguido de forma justa, porque ha sido el mejor, el más regular, el más constante y también el que tuvo mayor personalidad en momentos complicados. Hoy en la final en Maracaná, no fue la excepción ante una combativa Perú, a la que ha vencido 3-1 para ganar su novena conquista en este torneo de selecciones.
Sello de personalidad
El cuadro de Tite, se marcha invicto de la competición, con tan sólo un gol en contra y 13 tantos a favor. Creció con el correr del torneo y tuvo personalidad para imponer su calidad y para superar los momentos más dificultades como ante Argentina y hoy en la final ante Perú. Tras la igualdad del cuadro «inca» cerca del final del primer tiempo, supo reaccionar con furia para volver a colocarse por delante en el marcador al limite del primer episodio y tuvo carácter para responder a la inferioridad numérica en la recta final del juego tras la expulsión de Gabriel Jesús. No le dió opciones a Perú y sentenció el choque en un momento crucial.
Brasil salió envalentonado en busca de la diferencia que le colocara por delante, con su equipo base y su habitual 4-2-3-1 con un doble pivote en el que Casemiro era el volante fijo para darle libertad al que lleva el peso del juego como Arthur. Con el jugador del Barça, el «Scratch» tiene más control de los tiempos del juego y lleva más el peso y eso ya es mucho en un equipo hecho para ser solvente en las áreas, lejos de querer manejar los partidos.
Al frente la gran Perú de Ricardo Gareca, que también apostaba por un 4-2-3-1 no tan rigido, ya que le daba libertad a Yotún y a Tapia, su doble pivote, para apoyar lineas de ataque. Sin embargo, al comienzo estuvo sometido por un Brasil, muy ofensivo por las bandas y con mucha tenencia de balón con la que gobernaba el partido y que le valió para abrir el marcador.
Gabriel Jesús crucial
A los 15`una gran jugada individual de Gabriel Jesús, que cayendo por derecha fue un incordio, sirvió para que Everton, -una de las revelaciones del torneo- marcase a placer el 1-0. Golpe mortífero de la «verdeamarelha» en su primera llegada a posiciones de gol y punto de referencia para decantar el partido a su favor, algo que fue suyo en la mayor parte del juego. Sólo cuándo Perú, se atrevió algo más y pudo con sus jugadores más decisivos, le creó riesgo e incertidumbre; de resto, fue un partido sin grandes sobresaltos. Pero Perú, dió guerra, en varios momentos.
Al límite del final del primer tiempo, una mano de Thiago Silva en su área, fue decretada como penal por el juez chileno, Tobar Vargas. El veterano Paulo Guerrero, exprimió su experiencia con un golpe seco y colocado, anotando el primer tanto en contra de Brasil en el torneo. Empate a uno parcial, hasta que Brasil, volvió a carburar.
A los 45`una recuperación certera en campo peruano por parte de Arthur, fue clave para pillar descolocada a la zaga peruana, algo que terminó de aprovechar Gabriel Jesús, para marcar el 2-1 en un momento clave, en un instante de duda, en una etapa en la que los goles tienen un gran efecto psicológico.
Brasil, carácter y pegada
Paulo Guerrero, era el fiel reflejo de la desesperación peruana por el tanto recibido al final del primer tiempo. Perú, como el ex del Bayern y del Hamburgo, no se pudo recuperar de ese gol postrero y aunque tuvo un par de ocasiones en el segundo tiempo para haber emparejado la contienda, no supo responder a los golpes de su rival, ni tampoco supo aprovechar la ventaja numérica por la expulsión al minuto 70`de Gabriel Jesús.
Perú, fue víctima de la personalidad y el carácter de este equipo brasileño, únicamente enfocado en ganar este torneo. Para Brasil, no existia otra opción que vencer en su Copa, por ello no se arrugó ante su desventaja numérica y salió a presionar muy alto a su rival. Mantuvo lejos el balón de zonas de compromiso y batalló por cada esférico como su fuera el último. Y para cerrar, martilló el resultado con un penalti transformado por Richardlison a los 90 minutos. 3-1 con solvencia para ganar su novena Copa América, a golpe de personalidad.
Periodista con especialización en Periodismo Deportivo
Editor Manager Discoveryfootball.com. Especialista en Fútbol Internacional
Socio de ACORD Bogotá y Miembro de AIPS
Deja una respuesta